Una arqueóloga preserva el patrimonio cultural de Egipto y lo comparte con el mundo.
La Dra. Monica Hanna siempre marcó su propio camino, a pesar de las adversidades. Se crio en Egipto y estaba decidida a convertirse en arqueóloga. Su madre la apoyaba, a pesar de que era, y sigue siendo, una profesión dominada por hombres.
Actualmente, la Dra. Hanna no solo es una reconocida arqueóloga, sino también una célebre académica, decana fundadora de la Unidad de Arqueología y Patrimonio Cultural de la Arab Academy for Science, Technology and Maritime Transport, y una figura inspiradora para las mujeres de la cultura árabe, incluida su hija de 5 años.
Preservar el patrimonio de Egipto no siempre fue una tarea fácil, en parte porque hace algunos años no había tanta información disponible como hoy en día. En los comienzos de su carrera, era muy difícil recopilar o difundir datos académicos relacionados con la historia del país.
La Dra. Hanna debía viajar por la concurrida ciudad de El Cairo hasta una biblioteca y leer con detenimiento diferentes artículos en busca de los documentos adecuados para su investigación. Muchas veces no existía lo que buscaba, o bien no estaba disponible en Egipto. La mayoría de los documentos que encontró y pudo usar no estaban escritos en árabe.
A la hora de realizar excavaciones, debía buscar sitios arqueológicos usando solamente un mapa de papel, a decenas de kilómetros en medio del desierto. Sin la ayuda de imágenes satelitales, no tenía ninguna garantía de que existieran los sitios que estaba buscando.
Los productos de Google como la Búsqueda, Google Académico y Maps transformaron la manera en que trabaja la Dra. Hanna. Se convirtieron en herramientas esenciales, tanto para sus investigaciones como para el plan de estudios con el que enseña. Además, utiliza Google Académico para seguir aprendiendo y compartir sus aportes con profesionales de todo el mundo a fin de retribuir a la plataforma.
Si bien su labor se basa en la historia de Egipto, de esta manera, puede conectarse con un público internacional y nutrirse de los conocimientos de la comunidad de investigadores para, luego, compartir sus hallazgos con el mundo de manera gratuita.
La labor de la Dra. Hanna promueve el patrimonio egipcio, lo que ayuda no solo a atraer visitantes de todo el mundo, sino también a acortar la distancia entre las nuevas generaciones y la historia de su cultura. Se podría decir que, mientras trabajaba por preservar el legado de Egipto, también estaba creando el suyo.